miércoles, 1 de febrero de 2012

Nebari plano en un árbol de semilla

Andaba yo regando cierto día de febrero los cuatro palos que tengo cuando topé con unos plantones de un año que me germinaron la primavera pasada de varias de semillas que planté.

Sí, no son más que pequeñas ramas del calibre de un lápiz que no levantan medio metro del suelo ¿Calibre de un lápiz? quería decir de la mina de un lápiz.
Me quedé absorto observándolos.  Los contemplo abstraído pensando en cuál será su futuro, su siguiente paso. La imagen que ofrezco es lamentable. Empuño una regadera de 5 litros, inclinada para que caiga agua pero sin saber bien lo que estoy haciendo pues mi mirada está fija en esos palitos. Mientras, con la otra mano, me rasco el trasero dando a entender que me estoy rompiendo  la cabeza sin encontrar conclusiones que me satisfagan.
De repente, oigo voces en mi cabeza. ¡Espera! ¿Qué dicen?  ¿Me increpan? ¿Que estoy haciendo mal? Me desconcierta y salgo de ese estado de shock en el que me encuentro y descubro la cuestión.
Las voces no estaban en mi cabeza sino debajo de mí, en la calle. La cosa es que seguía echando agua sin apuntar a las macetas. Las tengo en una ventana, con lo cual todo el chorro iba a parar a la calle mojando a los pobres viandantes que de una forma distendida me llaman de todo menos bonito.
Recuerdo que alguna vez leí algo sobre cómo lograr un nebari plano para un árbol desde semilla, pero solo me vienen vagas imágenes de ello, y es que las voces increpadoras de los mojados vecinos no me dejan pensar...  ¿Cómo era?... ¡Ah, sí! En aquel artículo, al poco de nacer la planta, cortaban la raíz pivotante y lo trasplantaban. A mí aquello me parecía muy traumático para la supervivencia del ejemplar y opté por no hacerlo. Sin embargo, pienso que es interesante conseguir cuanto antes raíces lo más planas posible y al mismo nivel, naciendo en una disposición perfectamente circular.
Efectivamente. Creo que el siguiente paso a tomar en un plantón de un año es empezar a construir unas raíces adecuadas.
Todo esto está muy bien, pero... ¿se puede saber cómo  lo hago?

¡¡¡AYYYYY!!! ¡¡Pero no echen piedras, hombre... que solo les he mojado un poquito!!

Lógicamente, hasta que no descubres a lo que te enfrentas no sabes qué medidas tomar (y me refiero a hacer un nebari plano, no a enfrentarme a los vecinos), así que manos a la obra.
Primero hay que elegir con qué ejemplar de los que tengo voy a trabajar. Lógicamente no voy a hacerlo con todos, que aún no sabemos ni lo que vamos a hacer ni si lo que hagamos funcionará.
Así que les pongo en fila y les doy la oportunidad de excluirse del proyecto: “si alguno no quiere participar que dé un paso al frente”

Todos se muestran muy colaboradores con el plan, pues ninguno se mueve del sitio: “Muy bien, cogeré uno al azar”.
En ese momento los naranjos comenzaron a temblar, no sé muy bien si por el viento o porque han entendido que escogería uno “de azahar”.
Tomo mi decisión:
¡Manzano!  Te ha tocado.


Qué curioso,  ¿ha parado el viento de repente? Los naranjos ya no tiemblan.
Este pobre malus viene de una manzanita de uno de los árboles que hay en el parque Warner de Madrid, pero eso ya es otra historia que quizá en alguna otra entrada contaré.
Extraigo el ejemplar de su maceta, quien sabe, quizá tenga el nebari ya en condiciones. A ver, a ver…

¡Casi!
La verdad que no esperaba nada mejor. Dos raíces largas parten hacia abajo y una con una verticalidad asombrosa.
¿Qué puedo hacer contra eso?
Pues decido hacer un semi-acodo. Me explico: ahogare el tronco por encima de esas raíces de manera que al engordar la rama se incruste y tenga que forzar la aparición de nuevas raíces.
Pues no se hable más. Me pongo con el invento. Cojo un cacho de alambre de cobre y lo aprieto fuerte contra el tallo a la altura donde quiero que salga la nueva raíz.
 

De la lástima que me da la brutalidad del procedimiento me salen hasta lágrimas... Ah, no, calla.. que es que me ha entrado tierra en los ojos...
Lo plantamos nuevamente en una maceta y a esperar.
Llega la primavera y la rama brota. Bien, parece que la brutalidad no era tanta como parecía.

Ahora es cuestión de dejar que crezca con fuerza para que engorde la planta y  se incruste el alambre.

Ya es verano. Ains, ¡Qué calor! Me voy un rato a la playa mientras espero a que llegue el otoño…
Llega noviembre. Y el árbol otoña. ¿Lo trasplantamos ya? ¿Cómo habrá ido?

Lo siento por el amigo lector, pero tendrá que esperar otra línea más. No entra en mis planes trasplantar en otoño.

Lo efectúo a finales de febrero.
Este es el resultado:

Parece ser que el invento funciona y ha pasado exactamente lo que pretendíamos. El anillo se ha clavado en la rama forzando la aparición de raíces que han salido al mismo nivel. Mientras, la pivotante  se ha secado de manera que no ha perdido fuerza por ahí. Ya solo es cuestión de reorganizar las raíces y volver a plantar.
Os surgirá la duda de si esto vale para cualquier especie. Pues bien.  Al año siguiente y tras comprobar los buenos resultados con el manzano, decido probar con arces y naranjos.
El resultado es tan bueno como en el anterior caso tanto en arce palmatum, como en el buergerianum y en un un capillipes.
Con lo cual, me atrevería a decir que funciona con los arces en general
En el caso del naranjo, el resultado también es muy bueno.
Aquí podéis ver donde han salido las nuevas raíces

Y en esta otra foto podéis ver la zona donde ahogaba el alambre

Con todo esto llego a dos conclusiones: La primera es que antes de regar las plantas de la ventana es mejor cerciorarse de que no pasa nadie. Y la segunda es que este sistema tiene menos riesgo que  aquél de cortar la pivotante que comentábamos al  principio del artículo, y es que en el 100% de los casos me ha dado buenos resultados. Es importante, mientras se realiza esta técnica, dejar crecer el árbol libremente para que se desarrolle lo máximo posible y se clave el alambre comenzando así la formación de raiz, lo que además nos creará un abultamiento que hará aun más prometedor el futuro de ese nuevo nebari. Sin embargo, no olvidemos que estamos hablando de plantones muy jóvenes. Éste no es más que el primer paso para recorrer un larguísimo camino....... ¡El de la huida! ¡Menos mal que llevo portatil! ¡los vecinos, que me han reconocido y me persiguen! ¡Después de dos años y aún les dura el cabreo! ¡¡¡RENCOROSOS!!!...A vosotros os veo en la siguiente entrada. Sed buenos... ¡AYYYYY¡ ¡¿Piedras otra vez?!


ITXE





11 comentarios:

  1. Buenisimo itxe, está genial, por cierto te pillaron los vecinos?

    No tengo ahora plantones de ese calibre y no sé si probar con algo un "poco" mas grueso, ya te contaré.
    Me voy a buscar un kleenex que todavia tengo lágrimas en los ojos, he pasado un rato genial leyendo.

    Un abrazo, Loli

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  2. Estupendo Itxe, pondré en práctica el estrangular los pobres plantones. Lo de regar vecinos ya lo he hecho alguna vez.

    Lourdes.

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  3. ¡Gracias a las 2!, bueno, y a cualquier hora jeje.

    Loli, para plantones mas gordetes este sistema no se si valdrá. En estos retoños de 1 o 2 años, con poco que engorde el tall,o el alambre se clava y enseguida profundiza cortando también el área del cabiu. En uno mas avanzado supongo que el crecimiento, del pgrosor no llegará a atravesar ni tan siquiera la corteza...supongo que para estos casos, lo mejor es directamente un acodo. Pero bueno, tu sabrás mas que yo de esto ;)

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    1. Tio, estás muy mal, jajaja. Conclusiones que saco: tienes esquizofrenia, almorranas y conjuntivitis jajjaaj.
      Ahora en serio, me parece muy buena idea lo del estrangulamiento, aunque si es en el momento en el que germina la semilla yo cortaria la pivotante sin miedo,la semilla tiene muchas reservas y cuanto primero mejor.
      Te sigo, un saludin.
      Trasgu

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  4. Jeje, ¿solo tengo eso? será que me estoy curando :P.
    Respecto a las reservas d ela semillas, también hay que tener en cuenta la especie. Arces, los de pepita en general... Estos en cuanto brotan se quedan sin resreva, de hecho la semilla sube con la brotación para despues caer. En otros como robles, avellanos, quiza si sea buen procedimiento repicarlo al nacer.. Digo yo, vaya...

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  5. Esto ya es otra cosa.

    Espera a que te de por los suiseki y la pedrada ya será irreparable.

    Larrunarri

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  6. Jeje.. de momento el tema de suisekis... no soy capaz de encontar una piedra en condiciones para enraizar un arbol, como para encontrar una piedra apta para suiseki!!

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  7. joder itxe este no lo e leido asta hoy,JODER NO PUEDEO PARAR DE REIRME.La verdad que me lo paso de miedo leiendote joe(sonrio)jajajajaja.Lo del tema de las raices me parece super currao,me voy a poner esta primavera a hacer lo mismo en unas semillas de manzano que tengo,tendre suerte como tu?ya veremos haber si sale algo parecido a lo tuyo,un saludo y tio sigue asi que me lo paso cañon leindote.saludetes

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  8. Seguro que te salen bien. Germinan muy fácil ;)

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  9. Me gusta lo espuesto, me gustaria preguntarte cada cuanto tiempo se regan, o cuando sabes que se deben regar.
    un saludo.

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    1. Teniéndolo en akadama, es el mismo criterio que seguimos para cualquier árbol, simplemente regar cuando el sustrato se este secando, es decir, cuando va cogiendo ese tono mas claro

      Saludos

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