viernes, 10 de mayo de 2013

La maldición de Murphy


Llevaba tiempo sin contar nada, y es que poco bueno tengo que decir.


Esta vez, como os anticipo en el título, la cosa va sobre la maldición que me ha caído de las leyes de Murphy

Podríamos empezar, por ejemplo, con esa ley que dice:


“Cuando las cosas vayan bien, algo habrá que haga que vayan mal”


Tengo un pequeño arce palmatum de semilla, que este año le dio por brotar en febrero... se vistió muy pronto de gala, se le percibía fuerte.

Pero al poco tiempo…




Efectivamente. La planta comenzó a perder fuerza. Las hojas se deformaban y tomaban un aspecto muy débil,... se había puesto francamente mal, ¿hongo?¿bichejo? intenté pararlo y parecía que había comenzado a controlarlo.

Lamentablemente, un corolario a la ley expuesta por Murphy dice algo así como que:


“Cuando parece que ya nada puede ir peor, empeorá”


Y así fue. Las hojas se deshidrataron por completo

Y finalmente cayeron quedando completamente pelado.

A día de hoy tan solo mantiene 3 hojas en la punta, que salieron hace apenas 2 semanas, luchando como buenamente pueden entre la vida y la muerte.



¿Quizá traté con insecticida algo que podía haber sido un hongo?

Puede que esa cuestión se respondiera también con esa ley de Murphy de:


“La desgracia de la elección”


Es decir, si eliges blanco es negro y viceversa.


Un mal, menor para lo que se avecinaba. Y es que, otra ley del susodicho dice que:


“Las desgracias nunca vienen solas”


Lo que tomé como un caso aislado, comenzó a repetirse en todos y cada uno de mis arboles, según iban brotando, en primavera.

Todos los arces, todos los manzanos, un pequeño haya que compre este invierno, la encina, quizá en menor medida....

Incluso el ficus, que en 7 años nunca ha tenido de nada, se ha visto afectada por este mal..








El panorama es desolador. Según iban secando las hojas, los árboles se han ido debilitando hasta el punto de  secar ramas.







Del ápice del espino, me puedo ir olvidando, ídem para los Montpellier. Se están secando sus ramas. El manzano que tengo en maceta de bonsai, que floreció que daba gusto, esta prácticamente en su esqueleto… 




No se salva ni uno, y es que un postulado de esas leyes de Murphy, dice que:


“Los sucesos fortuitos tienden a suceder todos juntos”


He probado con insecticidas genéricos triple acción, he probado con sistémicos, fungicidas… Claro, la ley de la exactitud dice que:


“Cuando se está trabajando para encontrar la solución a un problema, siempre resulta de gran ayuda saber la respuesta”

Cosa, que evidentemente yo no sé. Quizá lo mas razonable hubiera sido optar por esa otra ley que dice:


“La solución de un problema consiste en encontrar a alguien que lo resuelva”


y Santas Pascuas. Pero como eso es harto difícil, indagué por la red.

Comparé los problemas de mis hojas respecto a fotos de, plagas y enfermedades que presentan multitud de webs dedicadas tanto a bonsái como a jardinería en general. ¿Qué encontré? Lo de siempre: puede ser cualquier cosa. Y es que es un hecho: Cuando comparamos nuestras hojas con foto de distinto tipo de plagas, todas nos parecen similares. Recordad, sino, esa ley de Murphy que dice:


“La probabilidad de que la tostada caiga con la mantequilla hacia abajo es directamente proporcional al precio de la alfombra”


¿A que os suena? Es todo un clásico. Pues si,  efectivamente, no viene a cuento, pero tenía ganas de escribirlo.

El caso es que llevaba tiempo viendo bastantes moscas pequeñas, quizá mosquitos, merodeando la zona de los árboles. No le daba demasiada importancia.  Y no fue hasta que le pegué un pequeño golpe a una de las macetas cuando me di cuenta que de ella salían volando mas de 50 de esos diminutos bichejos de aproximadamente 1 mm. Para los mas tiquismiquis no, ni las medí ni las conté.

Fue entonces cuando me acorde de una extensión de la ley de Murphy que dice:


“Si una serie de sucesos pueden salir mal, saldrán mal en la peor secuencia posible”


Osease, según iba golpeando cada una de las macetas, de todas salían decenas de estos bichejos.

Tal y como éste.

Visto desde arriba





Visto de lado





¿Tendrá que ver algo con el mal de mis plantas? ¡Vaya Vd. A saber! Pero mucho insecto para poca planta me parece a mi…

Teniendo ya un argumento con el que indagar por la red, me puse manos a la obra. Parece ser que hay alguna especie de mosca que succiona hojas dejando sus marcas en ellas, incluso sus larvas son minadoras construyendo túneles sin ayudas de topógrafos ni maquinaria. Crean caminos por donde las hojas llegan a rasgarse

¿Quizá este caso?



No entiendo como es posible que vivan después de los productos rociados, pero me decido a volver a fumigar. No son mas que moscas. Las mataré fácilmente.

Iluso de mi..

Nuevamente las leyes de Murphy se vuelven contra mi con aquello de:


“No hay tarea tan simple que no pueda hacerse mal”


No me explico tanta resistencia a los productos químicos. Me ha costado sangre, sudor y lágrimas, pero creo poder decir hoy, que he terminado con esos objetos voladores no identificados.

En cualquier caso, el mal ya esta hecho, y todos mis árboles están prácticamente, como diría el histórico grupo de rock “Los Ángeles del infierno”: al otro lado del silencio.

Siendo mayo, quizá haya algo de margen de recuperación, pero para eso, necesitaría haber erradicado el problema que tenía, cosa de lo que no estoy en absoluto convencido. Al fin y al cabo, Murphy también dice que:


“Después de que las cosas hayan ido de mal en peor, el ciclo se repetirá”


El tiempo lo dirá, pero reina el pesimismo.


Sed buenos... con todos menos con Murphy.


ITXE






lunes, 1 de abril de 2013

Dos manzanos de pepita -segunda parte-


Capítulo anterior.



Continuamos con la evolución de Manuel de la Calva y Ramón Arcusa.

-¿Pero esos no son el Dúo Dinámico?- pensará acertado el amigo lector.

Efectivamente, y es lo que parecen estos dos manzanos. Van juntos a todos los sitios, salen juntos en todas las fotos… todo lo hacen juntos. El nombre se lo han ganado a voces… a cánticos mas bien.

En la entrada anterior nos quedamos en que se hizo un trasplante tanto a Manuel (árbol de hoja verde) como a Ramón (hoja roja) a una maceta algo mas grande que la que venían utilizando..




El caso es que comenzaron a brotar, de la forma que venia siendo habitual: primero Manuel,



 y un par de semanas más tarde Ramón.



“EEEllll finaaaal,
deeeel veranoooo,
llegóóóó,
y tu partirááááás..”

Bien, no fue exactamente al final del verano, sino del invierno, pero un componente del grupo se cayó del escenario y ambos se partieron. Mientras el manzano verde se partió la maceta y hubo que ponerle una de urgencia de las que tenía por ahí, el manzano rojo también se partía, pero de la risa. Y es que el viento es muy puñetero… está bien, está bien, no lo tiró ninguna ráfaga de viento, fue el gato que jugaba entre las macetas y…. Ains.. no hay forma de engañaros ¿eh? . Sí, es verdad, no tengo gato, salvo el del coche, claro. Fui yo. Se me cayó al suelo mientras lo manipulaba, ¿Es que vosotros no os habéis descuidado nunca?

La maceta mas acorde de la que disponía era más alta que ancha, y además,  el árbol estaba ya brotadísimo

¿Qué hacer?

Miré al árbol y le pregunte:

-¿Manuel, te vale esta maceta?

A lo que contestó:


“Reeesistiréé para seguir viviendoooo,
sooportarééé los golpes y jamás me rendirééé..”


Bien, parece que a su manera trataba de decirme un sí, de modo que le metí dentro y todo volvió a la normalidad.. bueno, mas o menos, porque estos no paran de cantar…

El caso es que según pasaban los meses, parecía que ambos se encontraban saludables, a pesar de que Ramón debería de tener hojas mas tirando a granate y no a verde. Aquí se les puede ver antes de verano cuando comenzaban a estirar brotes y con el cambio de calzado de Manuel, maceta mas alta que ancha.



Lo cierto es que el número de árboles que hay en el patio ha superado con creces el aforo, y a estos dos los tengo ubicados en un lugar con mucha claridad pero sin sol directo y los colores son notablemente mas apagados, y los rojos casi no existen. Eso sí, ellos dos encantados de tener tanto público, a pesar de quejarse de la falta de sol.


“Quisiera seeeer, águila reaaaaal..
para podeeeer volar cerca del sooooool..!


Que sí, hombres que sí, que ya os pondré en un sitio mejor..

Mientras tanto, llegaba el verano para dar paso al otoño, no sin tener que aguantar sus constantes cancioncitas, como cada vez que les rociaba con un pulverizador, que se ponían a cantar aquello de:


“twist-twist, baila el twist mi amoooor
twist-twist, baila sin temooorrr”


Cosa que no entiendo, porque el pluverizador hace FLIS-FLIS, y no TWIST-TWIST.. supongo que al ser plantas jovencitas, aun no les han salido las orejas… aunque tampoco me ha dado por buscarselas entre tanta hoja.

El caso es que llegados al otoño las hojas no tornan a los llamativos colores esperados, probablemente por su falta de sol, pero tanto Ramón como Manuel empiezan a perder su pelo, entrando así al reposo casi absoluto del invierno.

Entramos ya en 2013, y las yemas de ambos comienzan a hincharse. Me acerco hacia los dos y ya despiertos comienzan a cantar:


Que misterio hay en tus ojos
Que no aciertoaaAAadivinar
Y tus labios tan hermosos,
Que secreto guardarááán”



-¡Pues ese misterioso secreto no es mas que… ¡¡os voy a trasplantar otra vez!! ¡¡Sí, por darme tanta guerra con vuestras cancioncitas todo el año pasado!- les respondo.


-“Perdoooname, he sido ingraaaatoooo
Perdoooname, te lo supliiiico”


Pero no coló. Así que agarré primero a Ramón (manzano de hoja roja), lo sacamos de la maceta, comprobamos el estado de las raíces, y tras recortarlas lo volvemos a plantar en el mismo contenedor.

Actualmente el nebari presenta este aspecto:


Vista de perfil





Visto desde abajo





Respecto a Manuel (manzano verde), al haber sido plantado en una maceta profunda, las raíces crecieron en abundancia, pero alguna fuera de lugar, como esas dos que se ven por encima del nebari que intentamos crear.




Una  vez arreglado el cepellón para su nuevo plantado, el nebari presentaba este aspecto:

Visto de perfil




Visto desde abajo




Probablemente, el año que viene, tendré que reducir las raíces mas gordas en ambos, veremos como evoluciona.

Y aquí están los dos a día de hoy:





El "Dúo Dinámico", Ramón y Manuel, Manuel y Ramón, brotando con alegría, a pesar de haberles cortado un buen trozo de sus partes bajas.


Sed buenos y dinámicos.



ITXE

jueves, 14 de febrero de 2013

En abril aguas mil, pero en enero y febrero te mojas entero


Hace cosa de 2 meses lo pantanos se vaciaban,

-¡Ojalá lloviera!-Se comentaba por ahí.
-¡Anda, y yo!- Contestaba mientras tanto un invidente…

El caso es que a base de tentar al “Capitan Trueno”, que digo yo que será el dios de la lluvia, y sino cerca andará… comenzó a llover. Lluvia que se recibió con gran regocijo… los primeros días.

Fueron tantas y tan masivas esas  peticiones, que el dios de la lluvia liberó su enojo descargando sobre nosotros lluvias continuas y torrenciales, con la malvada intención de que durara 40 días y 40 noches, igualito que aquel famoso ayuno en el desierto de allá de los primeros años de nuestro calendario.

Es tanta la lluvia caida, que los pantanos, antes a punto de secarse, tienen ya que abrir las compuertas de sus presas para desalojar el agua que está ya a punto de desbordar. Pero eso no es todo: Árboles caídos, desprendimientos de carreteras, jubilados sin poder salir a ver obras…  incluso una casa hundida hasta el primer piso, hemos podido ver en los medios de comunicación.

Es sobrecogedor. Entra miedo. Sobre todo cuando ves que incluso el Papa decide abdicar, al verse incapaz de obrar para detener este torrente de lluvia...bueno, o eso, o que está muy mayor el hombre… que ya se le va notando… sobre todo desde que cambió el clásico puente del río del Belén, por un “tablao” flamenco para que los reyes magos de Andalucía lo crucen, y así, adorar al niño cantándole por bulerías…

Si amigos, miedo. No tanto como el de una familia amenazada al desahucio por el mismo banco que fue rescatado con el dinero del propio  desahuciado, pero miedo. Y es precisamente ese temor, acompañado, como no, por mi locura transitoria, la que empujó a que me planteara incluso fabricarme un arca como lo hicieran Noé y su mujer Noelia y meter en ella a una pareja animal de cada especie, salvo de cucarachas, que me dan mucho asco. Sin embargo, no pasaron más de 5 minutos hasta que me diera cuenta de que transportar y clavar maderas cansa mucho, y produce dolor de riñones, así que… efectivamente: cambié la construcción de ese arca por meter las manos en los bolsillos y asomarme al patio como el que ve llover (y nunca mejor dicho). Y en esas estamos ahora, esperando a que algún día pase este temporal y pueda saciar mi angustia y excitación metiéndole mano a … eyyyy, mal pensados, meter mano a los arbolitos, que hay mucho trabajo pendiente y muchas ganas por empezar.

Mientras tanto puedo enseñaros alguno que no tengo intención de tocar.

Por una parte esta este arce buergeriano, nacido desde semilla y que pretendo enraizar en roca.



Parece que la idea no fue muy de su agrado y el crecimiento ha sido bastante pobre. Este año ni cortar, ni trasplantar, ni apenas mirarlo, no vaya a asustarse… a ver si esta temporada crece con la fuerza que la especie merece.

Evidentemente no puedo saber que puede estar pasando en las raíces con relación al enraizado en la piedra, pero viendo el escaso desarrollo aéreo, presumiblemente no andará muy sobrado de raiz…


Por otro lado, está también este otro arce de semilla, que comenzamos su historia en este artículo sobre empezar a hacer un bonsái de semilla.



Tenía intención de trasplantarlo anualmente para ir arreglando sus raíces, pero como sucediera con el buergeriano de antes, la temporada pasada, aunque no débil, tampoco le he visto un crecimiento muy espléndido, así que le dejaremos reposar un añito mas. De esta manera  recobrará la fuerza suficiente y aguantará sin problemas el estrés que pueda ocasionarle el trasplante.

Paradójicamente, ha hinchado las yemas y empiezan a asomar la punta de alguna hoja, como si el mal tiempo no fuera con él…



-¡Es mi momento de brotar, y broto!- dice el muy cabezón, que para lo finito que es, es mas bruto que un carro de melones.

Así que, haciendo caso omiso a mis recomendaciones se va a poner a brotar de un momento a otro. Dados mis antecedentes, no debe fiarse mucho de mí…

Con lo cual, solo me queda esperar a que deje de llover y hacer frío, que después de estos 32 dias seguidos sin parar de llover, no he tenido ni un minuto para dedicar a los arbolitos. Llover y llover..! ¡No puede ser peor!

-¿Qué no puede ser peor?-refunfuña un amigo lector desde Navarra- Yo para saber que día hace tengo que asomarme en el altillo de mi casa. ¡La nieve ha cubierto los dos primeros pisos!

Ejem, pues sí que podía ser peor… al fin y al cabo, nunca llueve a gusto de todos!

Sed empapadamente buenos


ITXE