miércoles, 7 de marzo de 2012

Historia de dos manzanos de pepita

Como todo aficionado que se precie, yo también he pasado por la fase de plantar todo tipo de semillas con la esperanza conseguir en 4 o 5 años un bonsái de un calibre considerable y perfectamente ramificado, establecido ya en maceta de bonsái esperando a ser expuesto en la Kokufu. Y también he pensado lo mismo que todos cuando pasados los años me he asomado a ver como va ese árbol: ¿Quién ha pinchado un mondadientes en esa maceta?

La historia de estos manzanos se remonta tan solo 3 años atrás.

¡Queee buenos sooon los padres salesiaaaanos, queee buenos son que nos llevan de excursión...!

Habéis acertado amigos. La historia comienza con un viaje completamente cultural de un fin de semana al parque Warner de Madrid, ¿Acaso la diversión no es parte de la cultura?

Era principios de 2009.

-¡Que miedo! ¡Hay que estar loco para subirse ahí!- exclama mi contraria al ver la montaña rusa del Superman mientras se gira creyendo que estoy detrás de ella.

-¿Qué diceees? ¡Que no te oigoooo!- Le contesto desde esa atracción a punto de ponerse en marcha.

-Nada. Que gracias por darme la razón.

Apenas me llaga un hilo de voz mezclado entre los sonidos de los motores del aparato.

-Siii, siii-contesto- Mis patatas las compras al jamón. Te espero aquí abajooooooaaaaaaaaahhhh….!!!

Terminado el viaje y aturdido de tanta pirueta, bajo al sitio en el que habíamos quedado y sorprendentemente no traía mi paquete de papas. En su lugar encontré un ceño fruncido. Mejor no preguntar, que bastante mareo llevo ya ¿No creéis?

Tras andar un rato por el parque rompo ese violento silencio que llevábamos desde el superman con un ocurrente comentario:

-Esto…el parque... hummm…se ve grande… ¿no?

-Pues la verdad es que sí -bien, me ha contestado. Ya se ha pasado el enfado- fíjate que montón de espectáculos, y que pasada el Batman, y el Coaster Express, y…

-¿Y has visto lo de los árboles?- interrumpo.

-¿Árboles? ¿Con tirolinas? Pues no las veo, no…

-No, mujer, digo árboles, de sombra, ornamentales…que si has visto la cantidad frutos tienen…

A mí por lo menos me llamó la atención verlo plagado de manzanitas y me imaginé lo que sería aquello en flor.





-¿Otra vez estás con las dichosas plantitas?-refunfuña- Hemos estado en el jardín botánico y en el museo de bonsái de Alcobendas... ¡Desconecta! ¡Hemos venido a marearnos en las atracciones para luego decir que nos lo hemos pasado bien!

-Bueeeeno- le contesto mientras me guardo en el bolsillo dos manzanitas de dos árboles diferentes estratégicamente cuando ella no me veía.

Bueno, eso pensaba yo, pero noté cierta sonrisa cuando emprendimos el camino hacia la casa de Piolín, dando a entender como que me ha visto pero no me dice nada para que me vaya contento pensando que se la he dado con queso. Y lo peor es que es cierto. ¡Tan contento que me quedé!

Después de una tarde autocastigándonos a base de marearnos, empaparnos y tras darle la mano al famoso pájaro azul Woody Woodpecker, regresamos a casa. Lo cierto es que fue una situación rara. No, hombre, la de regresar a  casa no, sino la de darle la mano al bichejo ese. Me dio la impresión de que los dos pensábamos lo mismo: “le estoy dando la mano a un pájaro loco”.

En la puerta de casa ya, dejo la maleta  en el suelo y meto la mano en el bolsillo para buscar las llaves…

-¡Anda! ¿Qué es esto que tengo aquí? ¡Dos manzanitas!

Bueno, a estas alturas… ¿A quién quiero engañar? No fue ninguna sorpresa. De hecho lo primero que hice fue sacar las pepitas de los frutos y plantarlas en una macetita de bonsái que tenía muerta de risa.


¿Se puede saber quien pone las fotos? Es una manera de hablar, hombre…


Tras plantar las semillas la maceta quedaba tal que así.


Toca esperar..pero no creáis quemucho. Unas semanas más tarde:




-¡¡¡Ohhh!!! Germinan… ¡y prácticamente todas!

Me llama la atención que hay dos tipos de plantitas. Unas verdes y otras rojas, quizá fueran distintas especies de malus. Como estaban pelados no los pude (o supe) distinguir.

El caso es que poco recipiente para mucha plántula. Compiten por los escasos nutrientes y empiezo a tener bajas, quedándome al final con dos: una de cada tipo. La roja, que  la separo a otra pequeña maceta y la verde la mantengo en ésta, pero ya solitaria.

Comienzan sus caminos por separado.

Mientras la plántula roja se resiente de su mudanza deteniendo su crecimiento y perdiendo pronto la hoja, la otra continúa su crecimiento totalmente repanchingada. Sus hambrientas hermanas  ya no le roban la comida.

Llegamos a invierno y nos encontramos dos palillos. Lógicamente la que separé está bastante más escuálida que la otra. Lo importante es que han superado la prueba de fuego (que no significa que haya probado con un soplete a ver si prenden) y han aguantado su primera temporada, importante para su establecimiento.

¿Y a hora que?

El objetivo es que crezcan y engorden, así que buen abonado y a esperar unos cuantos años.


¿Esperar y ya esta?

No hombre, no. Aprovechamos que tratamos el árbol desde que nació de semilla para formar las raíces buscando una disposición radial buena y al mismo nivel.

La planta roja ni tocarla esperando a que recobre fuerza, que una cosa es trabajar las raíces y otra muy distinta comprometer la vida del ejemplar.

La verde, por su parte, tras una difícil decisión entre el resto de colegas semilleros, es sometida a un experimento que ya os conté en una entrada anterior “nebari plano en un árbol de semilla”. Para refrescaros la memoria, el proceso consistía en ahogar la base del tronco para forzar la aparición de raíces en esa zona.

Para evitar duplicidades en los contenidos de las entradas, me limito a exponeros una pequeña evolución actualizada de las raíces, que es la parte que se esta trabajando.

Esto es lo que salió el primer año (febrero 2010)




Siendo este el momento en el que se ahogó la base.



La siguiente imagen es el reflejo de lo obtenido por el procedimiento (febrero de 2011)

Visto desde arriba



Visto desde abajo





Volvió a plantarse en una pequeña maceta para pasar la nueva temporada.

Teniendo en cuenta que me afeito cada dos días y que el año tiene 365 días,  tuve que cortarme la barba 182.5 veces antes de sacar las fotos que vienen a continuación, que son del trasplante de este año. Es curioso, porque sale con decimales, y los trasplantes no los hice con espuma de afeitar en la cara. Se ve que algun día me dejé perilla... no se... no lo recuerdo...

En fin, sin mas dilación os muestro las fotos actuales una vez recortadas las raíces  y eliminando por completo las que han salido nuevas desalineadas del resto (febrero de 2012)

Visto desde arriba



Visto desde abajo



Visto de perfil



Se volvio a plantar en maceta y a esperar otro año. A ver que tal responde al trasplante.


Respecto al manzano rojo, como hemos dicho, llegó al invierno hecho un palo. Logico siendo un árbol, pero en este caso la acepción que quería utilizar con este término es que estaba muy delgadito, debilucho y enclenque. De hecho, se comenta entre el resto de plantitas que los pulgones habián organizado un vuelo para emigrar a los pisos de enfrente al comparar los apetitosos geranios del segundo con éste...ésta...ésto. Pero no lo sé de primera mano...  dicen que dicen... Yo no les he oido nunca hablar.



Durante el segundo año se alimentó a base de chuletón y hamburguesas polisaturadas, habiendo terminado teniendo un calibre similar al de la planta anterior.



¿Y esa fea curvatura que tiene ahi abajo?

Ains, ¡Si es que os fijáis en todo!

Un pequeño encontronazo con la persiana de casa cuando aún era un bebé. Aproveché esa deformidad para meterlo entre las rejas que protegen la ventana y que le diera más el sol. Luego le empezó a salir otra rama justo donde empieza a curvarse el tronco y al final ha quedado esa pequeña escultura propia de Chillida. Lo cierto es que no me preocupa demasiado. Como más arriba explico, mi objetivo es que crezca y obtener una buen nebari. Respecto a esa forma, de momento es una rama que ayuda a engordar la base, y quien sabe, lo mismo me da juego para un futuro diseño. En caso contrario, chac-chac-chac-chac… no, amigo lector, no me refería a bailar claqué sino a darle tijeretazo... esta visto que hoy no nos entendemos…

El color de las hojas de este manzano es algo así como burdeos, claro en la brotación y oscuro al madurar.



Y su otoñado adquiere unos colores espectaculares.



¡De haberlo sabido recojo toda la cosecha de manzanas del parque temático!

Y alguno dirá, ¿Para qué? Pues para… anda que vaya preguntita...para.. para que se enfade mi parienta… es verdad, he hecho bien en dejarlas donde estaban.

En cualquier caso, me he ceñido también al trabajo de raíces y os lo muestro a continuación.

En febrero de 2010 como os he enseñado en la foto de más arriba, su salud estaba debilitada debido al cambio de maceta que efectué a destiempo. Así que no hubo trasplante.

En febrero de 2011 la plantita cobro fuerza y esta vez sí le toca trabajo de raíces. Tras comprobar el buen resultado del experimento del ahogamiento, mi intención era la de repetir el procedimiento también con ésta… pero, ¡Tate que no!

Resulta que las raíces han salido bastante bien posicionadas. Recorto unas cuentas dejando lo justo y necesario y queda tal que así.

Visto desde arriba




Visto desde abajo


Y vuelta a la maceta.

Tras la temporada de actividad en la que el manzanito crece desmesuradamente nos encontramos otra vez en época de trasplante. Febrero de 2012.

Y una vez arregladas las raíces vemos el resultado.

Visto desde arriba




Visto desde abajo



Visto de perfil



Como veis, el camino que lleva también es bueno. Las raíces perfectamente planas y medianamente bien distribuidas.

Lo emplazamos en una maceta algo más grande y finalizada la tarea.

Aquí os muestro a los dos protagonistas muertos de la vergüenza, claro, están completamente desnudos…



-No os preocupéis, hombre, que vuestro desnudo es arte, y en breve llega la primavera con trajes rojos y verdes para que os los repartáis como hacéis habitualmente.

Curiosamente, el manzano rojo brota mas tarde que el verde. Supongo que será cosa de la variedad, que aun hoy no estoy seguro al 100% , por lo que no me aventuro a decirlo. No quiero crear confusión en el amigo lector. En futuras entradas, si lo confirmo, ya os las contaré.

Y con esa duda llego al final de la entrada de hoy, no vaya a ser que la "jefa" vea que estoy otra vez con cosas de los arbolit....¡AY! Pescozón. Me pilló. Ahora sí que llegó el final de la entrada.
 
 
Sed buenos. Sobre todo con vuestra pareja.... o parejo.



ITXE


2 comentarios:

  1. Pues me gusta como va el nebari y el grosor tampoco está mal, por cierto es normal que la dividir 365 entre dos te salga con decimales, es un numero impar, jajajajajajajajaja

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  2. jeje, ya hombre... pero claro si las matematicas son ciencias exactas.. no hya duda.. algún dia me deje perilla.. o quiza fueron patillas? vaya usted a saber, lo q esta claro es que fue un medio afeitado jeje

    Thanks por el comentario ;)

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