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Historia del Arce Buergerianum (1) -parte 1-
Pom pom pom pompóm pompóm pompóm
pompóm
Sí, sí. Es difícil escribir música sin pentagramas. Pretendía
ser la marcha fúnebre de Chopin.
Y es que en esta ocasión comienzo con el final. El final del
arce buergeriano que os presenté aquí hace solo unos meses. Supongo que lo
fácil hubiera sido no volver a hablar de él, y ojos que no ven, farola que se
comen… digo...corazón que no siente. Vamos, que si no vuelvo a mentar, nadie tenía por qué pensar que el arce había muerto, bueno, lo más
probable es que nadie se acordara ni de que tenía un arce. Aún así, considero
necesario mostrar todos los finales, aunque esta vez, en lugar de comer
perdices, comamos shushi con anisakis.
Para haceros memoria se trataba de éste:
Ya comentaba en la entrada anterior que nunca gozó de buena
salud, y me gustaría no pensar que el árbol pudo ser vendido portando algún
tipo de enfermedad. Con lo cual, siempre he achacado sus problemas a la poca
cordura y sentido común a la hora de hacer sus trabajos, como os mostré en la
historia del árbol. Era como si se retorciera de dolor, ante su sanguinario
dueño, tras cada una de las escabechinas que le preparaba. Sin embargo, y a
pesar de reconocer mi parte de culpa, experiencias ajenas hicieron que
empezara a centrar mi atención hacia un
problema de hongos.
-Pues vuelta y vuelta con un par de huevos en la sartén con
un poco de aceite y sal y tienes un
revuelto exquisito- pensará alguno que este leyendo esto hacia las 15,30h. con
el estomago aún vacío.
-No, hambriento amigo, se trata de hongos imperceptibles que
entran en los tejidos vivos de la planta y los va deteriorando.
-Bueno, la solución es sencilla.- me rebate el hambriento
lector
-Pues no creas-le vuelvo a contestar- muchas veces tan solo
somos capaces de mantenerlos parados pero finalmente terminan por matar el árbol.
-Ah, no, me refería a que mi hambre tiene fácil solución: me
como un pequeño tentempié en lo que espero para comer, mientras sigo leyendo
como terminas de cargarte el árbol.
-Muy gracioso tú…
En fin…leyendo casos similares y comentando el problema con
aficionados expertos en la materia, la conclusión era clara. Cabía la
posibilidad de que portara el temido verticillium.
Sin embargo, yo como humano que soy, pienso lo mismo
cualquier persona, se encuentre en el rincón del mundo que se encuentre:
-Que va… eso solo le pasa a los demás…esto es un problema de
cultivo…
Y continúe cuidándolo normalmente. Al principio aislado, del
resto, y al mismo tiempo que parecía coger algo de fuerza, yo también fui
cogiendo algo confianza para volver a traerlo con el resto de su pintoresca
familia vegetal al final de este último invierno.
Craso error.
En primavera la brotación fue tan débil como siempre: hojas
aboyadas, que poco a poco van secando.
¿Malo? No, peor.
Los dos arces que estaban alrededor, dos montpellier,
empiezan a tener las hojas con los
mismos síntomas que el buergeriano del lado en el que colindan.
tanto uno
como otro
Hasta aquí hemos llegado.
Parece ser que uno de las señales significativas que
presenta este tipo de hongo es una mancha en el interior del tronco que recorre
parte de los anillos de crecimiento.
Así que, al ver el árbol en coma inducido, contagiando a los
demás y pensando en que de todas formas cortaría ese ápice, decidí tomar
medidas. Efectivamente, las medidas del tronco en la zona del ápice para saber
que podadora utilizar. Conocidas las dimensiones decidí qué herramienta
podadora utilizar: la única que tengo.
Llegó el día d y la hora h.
Salgo al patio erguido y decidido empuñando fuertemente una
podadora perfectamente engrasada y afilada, mientras en la otra porto un sucio
tubo medio vacío de pasta cicatrizante. El sentimiento del vegetal es el mismo que el de un ser humano amarrado
a una silla viendo entrar a un ser 15 veces mas grande que él armado con hachas
y tiritas. El silencio reina en todo el patio. Los árboles nacidos de semilla,
con apenas 3 años no logran entender como es posible que ese individuo que les
sembró y aún hoy les riega, cuida y abona esté pensando en hacer semejante
atrocidad. Mientras tanto, los más ancianos del lugar, recuerdan situaciones parecidas
vividas en el pasado. Respiro peor. Hay menos oxígeno. Probablemente el miedo
les priva de realizar correctamente la fotosíntesis.
¿Tendrá el hongo en la madera? Salgamos de dudas:
Piribiiiii piiiii piri biri
biii pi
Ah, no, que ya no hace falta escribir la música sino oírla. Veamos
lo que ocurrió. Las escenas mas dramáticas son evitadas por la cámara para no
herir sensibilidades.
Tras estas duras imágenes, comprobamos tristemente, que la
madera está afectada. Ah sí, también, también comprobamos que la música que escribía esta vez era "tocata y fuga" de Bach. Me pregunto si alguien acertaría solo con su lectura...
Repasemos síntomas: mancha del tronco, brotación débil,
hojas con forma de garra y abolladura, terminan secándose…no lo puedo decir al
100 % pero todo apunta a que era portador del temido hongo.
Una semana estuvo agonizando en un rincón. Solo. Recibiendo
únicamente la visita de ciertos bichejos que, cual buitres carroñeros, no iban buscando más que ver si
sacaban algo de provecho. La excesiva debilidad del árbol no pudo soportar la
peligrosa intervención en la que confirmamos el peor de los augurios.
Muerte triste y solitaria de un enfermizo árbol que nunca
llegó a levantar cabeza y mucho menos a mostrar el maravilloso esplendor y
colorido característico de la especie.
-QPMV-
-QPMV-
-Querrás decir QEPD: Que En Paz Descanse-Reprochará
absolutamente convencido ese amigo lector que compra el periódico solo para
leer las esquelas.
-No. QPMV: Que Puñetas Me Vendieron.
Supongo que comprar a distancia, con una foto pequeña, totalmente deshojado y sin referencias del
vendedor, no es la mejor manera de comprar un árbol. Bueno no es la mejor
manera de comprar nada. Quizá haya aprendido la lección. O no.
-Itxe, ¿puedo decir unos palabras sobre nuestro compañero buergerianum?-interrumpe
el ficus retusa, el árbol que más tiempo lleva en mi patio y siempre cerca del
arce.
-Sí, claro, pero se
breve, por favor.
-Hecho. Ains, nuestro “buergue” ¿Qué decir de este arce que
no sepáis?
-Muy bien, más breve imposible. Si no sabes que decir
supongo que has terminado ya, ¿verdad? Trae
el teclado, que continúo. Gracias ficus.
-Jo Itxe, espera un poco-insiste el retusa- fue siempre mi
compañero, siempre en mi misma estantería. Juntos hemos pasado frío y calor, risas, miedo....
Los dos sufrimos las novatadas de Itxe. Sus primeros trasplantes, sus olvidos en
los riegos, sus deficientes abonados, sus pésimos alambrados… sin embargo, y a
pesar de esas perrerías se esforzaba en cuidarnos...
-Bueno, bueno- salta con cierto retintín uno de los montpellier- poco esfuerzo
cuando se ha cargado a nuestro compi y
amigo.
-¡¿Será posible?!-Contesta desde lo lejos la encina- retira
eso ahora mismo, ¿acaso a ti no te cuida? ¿Te falta de comer? ¿Te falta de
beber?
-¡Pues no lo retiro, el arce se podía haber salvado! ¡El
corte lo remato! ¡Lo ha degollado!
-¿¡Perdona?!-vuelve a responder la encina enfadada- El arce
estaba sufriendo, no sujetaba ni las ramas, su muerte era inminente. ¡Y si
tienes algo contra mi, sal de la maceta y dímelo a la cara!
Poco a poco, todos se van enzarzando en la discusión
mientras el palmatum de dos años de edad rompe a llorar al ver semejante tensión en el
patio, hasta ahora desconocida, mientras sus lánguidas ramas se me enganchan en el polo como si estuviese abrazándome en busca de cariño y protección.
-¡Silencioooo!-grita el ficus consiguiendo que callaran
todos en el acto.-
-¿Qué son esos gritos?-pregunta una vecina nerviosa mirando
hacia el patio.
-Nada señora, la tele, ya sabe, los programas del corazón,
todo el día gritando –a ver como explico yo a esta señora que mis árboles hablan.
-Pues bájala, hombre, que asustada he estado a puntito de
llamar a la policía.
-Ahora mismo señora, y disculpe- contesto avergonzado y menos
mal, a estos si que no les convencía.
- ¡Estaba hablando yo!-continua el ficus- A ver Montpellier, ¿De verdad crees
que Itxe no nos cuida? ¿Has visto tus hojas secándose no? El “buergue” te
estaba pegando sus hongos. ¿Cuánto crees
que ibas a durar si mantenemos al arce aquí entre nosotros? ¿Y cuanto crees que
ibas a durar ahora si Itxe no te tratará los efectos del contagio? ¿Se te ha
olvidado ya que vienes de una escombrera? ¿Quién te saco de allí? Nuestro arce
estaba muy mal, iba a caer en cualquier momento. Y te lo digo yo, que he sido
su compañero desde el primer día que vino, cuando tú aún no estabas aquí.
-Jo, es verdad, perdona Itxe-contesta dirigiéndose hacia mi
con las hojas gachas-si es que no hablo yo… es el duelo que llevo dentro, que
habla por mí… éramos tan amigos…
-Nada, nada, levanta el ánimo que aún hay que pasar el
verano sanos.-le contesto.
-Ay “buerge” -continua
el retusa- parecía ayer cuando me reía de tus abolladas hojas, fruto del
desconocimiento de la enfermedad que padecías. ¡cuán cruel fui! y fíjate hoy, ahí, de palo presente. Los hongos pudieron contigo. Pero amigo, tu lugar
nunca será ocupado por ninguna otra planta, y no solo porque Itxe haya
aprovechado para colocar la regadera, sino porque siempre estarás en el corazón
de nuestro fino tronco. Gracias por estos minutos, Itxe, ya puedes proceder al desentierro.
Y es que es así. Paradójicamente cuando un árbol muere lo desenterramos en
lugar de enterrarlo, así que tras su triste desentierro toca centrarse en el buergerianum aragonés. Que no es que se parezca al conocido entrenador de futbol, sino que llegó a casa desde Aragón a principios de año. En futuras entradas quizá os lo presente.
En cuanto a los dos monspessulanum, aplicación de fungicida
y a esperar que no se instale el hongo en su interior. De momento parece que no
ha ido a mas, o sea, a menos… vamos, que el árbol no va a menos porque la
infección no va a mas. al menos no veo ningún síntoma mas. Explicado queda.. mas o menos.
Sed buenos, ni más ni menos.
ITXE
Creo que fui de los pocos que adivinaron las dos melodías. De la primera me sonaba el segundo pompóm y de la segunda el piri. A propósito, una interpretación magistral, la mejor que he oído del piri biri pompóm ;)))
ResponderEliminarUna lástima de arce. Cuando no tiran como debieran algún problema hay, sin duda. Lo grave es que pudiera haber contagiado a los otros arces.
Es el problema que surge a veces al comprar sin ver el árbol en directo, y aún viéndolo. Yo acostumbro cuando compro en viveros o por internet a darle tratamientos antifúngicos e insecticidas y tenerlos "en cuarentena", separados de los otros árboles hasta que veo buen crecimiento y no observo nada "raro".
Lo que digo, una lástima de arce. Ánimo, que seguro que los otros arces siguen fuertes y superan el contagio.
Un saludo. César.
Gracias por el comentario
EliminarLos pompóm y piribi no sonaban bien por casualidad.. me tiré horas afinando el teclado jeje
Es buena idea dejarlos en cuarentena.. yo lo intento, peor s errata mas bien de "semi"cuarentena.. al final hay q ceñirse al espacio del que se dispone.. :(
En fin, traslado la ilusión al otro buergue, que ese si que esta sanísimo ;)
Un saludo
Itxe
Cuanto lo siento, precisamente me has pillado preparando mi próxima entrada que va de un susto que me he llevado yo este verano. Ya verás ya.
ResponderEliminarAnimo y suerte con los que te quedan, Loli
Vaya hombre.. bueno, si solos e ha quedado en un susto... es que hay solución... estare atento ;)
EliminarLos monspessulanum creo que saldrán de esta.. cuidado que son fuertes los puñeteros!! :)
Saludos y gracias
Itxe