¿Cómo no tapáis la cámara WEB? ¡os veo por ahí!!
2 años pasan desde mi última entrada de blog, y es que
motivos coyunturales me han llevado a tener que separarme de esta afición
durante un largo tiempo. Una pena ( o un pen.. ah no, aquí no procede el
masculino…)
Dado que he tenido que desatender mis arbolitos, perejiles,
palitroques o “makilas” de txalaparta (llamadlos como queráis), muchos de
ellos, los más avanzados (dentro del bajo nivel que tengo (entiéndase (uf,
demasiados paréntesis dentro de otros paréntesis (a ver si soy capaz de
cerrarlos todos (los paréntesis, digo…))))), los regalé a aficionados cercanos
a mí,
Dos de ellos les tenía mucho cariño, como este Montpellier:
Contada su historia en este enlace Historia del Arce Monspessulanum
Su historia contada aquí. historia encina
En cualquier están en buenas manos y con un futuro más
prometedor que el que podían tener conmigo.
Sin embargo, y como parece que vuelvo a la normalidad, si es
que aún alguien me considera normal, he decidido comenzar una nueva colección y
con nuevos árboles. Evidentemente sin recuperar los “donados”, y es que, como dice el dicho popular… “Rita, Rita… Rita
la cantaora…” o algo así era… que viene a decir que está feo quitar algo que
has regalado… o era Rita Barbera…. Ah no, que esta mujer ha debido de dejar su
trabajo anterior para volver a su barbería…
¿Cómo? ¿Qué dices amiga (o amigo) lectora (o lector)?...Ah, tienes
razón…
Disculpad, compis de afición, que me han chivado por ahí que
Barberá lleva tilde y es apellido… además, ahora que recuerdo, el dicho realmente es: “Rita, rita, lo que se da
no se quita”... Aunque… a Rita (Barberá) se lo han quitado, en su caso la alcaldía… ¡no entiendo nada! En
fin, que me hago un lio con el refranero español…
-¿Un Gingko Biloba?- se preguntará el amigo (o amiga) lector
(o lectora)-¿Qué te llamó la atención de esta especie?
Pues veréis. El caso es que cuando retomé la afición
¿bonsaiística? ¿bonsaika? ¿Bonsaiera? ¡De bonsái, vaya…! Decidí probar con
especies que no había tenido hasta ahora. Buscando por páginas de venta, veo un
árbol que me atrae tanto por su precio como por su nombre…
Gingko Biloba Chichi.
Sí, amigos… ¡¡¡¡¡lo leí varias veces y ahí ponía CHICHI!!!! Hummm… me falta un signo de
admiración por cerrar ¿no? Sí, ahí va !
No pude evitar comprar el árbol en cuestión… ¿Quién iba a
decirme, que después de tantos años de afición iba descubrir un árbol con...
con... ¡¡con CHICHI!!
Tras la compra, no tardaron mucho en enviármelo. Éste es el árbol de nuestra historia:
Cuando llegó a casa, decidí recibirlo medio a escondidas
para que mi parienta no se pusiera celosa, no en vano, se iba a encontrar un
árbol con “CHICHI”, así que excitado
(de la emoción del árbol nuevo, no seáis mal pensados) lo saqué (el árbol, joe,
que hay que matizaros todo…) al patio de mi casa sin decir “esta boca es mía” y
comencé a observarlo por todos sus lados…
¿Podéis creerlo? Muchas veces había leído que hay que tener
cuidado con lo que se compra por internet porque es muy fácil engañar…. Pues a mí…
¡¡¡ Me han timado!!!
Di vueltas y más vueltas al susodicho y de él solo veía un
Ginkgo… un Ginkgo Biloba… pero ¿y el CHICHI?
¡No tiene CHICHI!
-¡Lo voy a reclamar!- exclamé
Así que, enfurecido, entré en casa y el pasillo me lo corrí
enterito de la do a lado (de correr digo… joe, majo ( o maja), deja de leer
este texto, que estás haciendo que parezca sucio…te aconsejo que abras un buscador
y escribas como tags: “Espinete” o “teletubbies”, a ver si te tranquilizas un
poco y luego vuelves… bueno, casi que a los
“teletubbies” tampoco los busques….)
Por donde iba yo… ah sí… que entré en casa disparado a
buscar mi tableta y… efectivamente: ¡Me la comí enterita! (¡y dale! ¡la tableta! ¡Me comí enterita la tableta!)
- ¡Que rico está el chocolate!
Acto seguido fui a coger la otra tableta y lamentablemente
no fui capaz… claro, tanto chocolate me ha hecho sacar panza y ya no se me
marca. Así que, una vez comido y comprobado mí exceso de peso, agarré la
tercera tableta, esta vez la electrónica, dispuesto a enviar una queja formal
por el fraude del CHICHI, pero antes,
quise informarme si realmente existe el Ginkgo Biloba CHICHI o era puro marketing engañoso para que caigamos los
desinformados como yo…
Indagando por la red descubro que sí existe, pero…
paradójicamente ¡¡¡¡CHICHI en
japonés significa PEZONES!!!! 1,2, 3
y 4… bien, he cerrado todos los signos de admiración.
Si amigos, CHICHI
es una palabra japonesa y traducida al castellano significa eso: PEZONES…
-¡Itxe! Que te vuelves a confundir...-pensé- no te vengas arriba tan
rápido que pezones pueden ser dos cosas… ¡descarta primero!
Pues nada, tocaba estrujarse el cerebro…
-Veamos... un pezón es un pez grande… pero… los peces viven
en el agua… claro que… los árboles necesitan agua… no, pero con mucha agua se
ahogan… entonces….
-¡¡¡No se refiere al
animal!! …vaya... otra signo que me dejo en el camino… Ahí va !
-¡¡¡Se refiere a los
pezones, pezones!!! Bueno, no hay mal que por bien no venga…
Otra vez, salí corriendo al patio a volver a revisar el
árbol…
-¿Qué haces cariño, con tanta carrera?- me pregunta mi
contraria…
-¡Pezones!… digo… leones… vamos, peces y leones… quiero
decir... veo... digo… veía un documental de la 2 de peces peligrosos y leones
salvajes de África y como sacan las imágenes de repente, me asusto y salgo
corriendo… pero ya acabó, ya…-¿Y por qué lo ves si te asusta?
-Es que si cambio de canal, cari, la segunda cadena de TVE baja la audiencia un 33.33%...
-Estás fatal…
-Chi chi... digo… sí sí…-Joe, que me pilla...-Te hablado ya de mi amiga Puri la psicóloga
-¿Otra vez con lo mismo? ¡¡¡Que en mi cabeza no pasa nada!!!! ¡que de verdad que la semana pasada se me apareció la chica de la curva! lo que pasa que fue en una recta... debía de haberse subido en otro coche antes que el mío y fue a parar allí....
-Madre mía... ¿Qué vi yo en ti?
-Que soy un tío apuesto..
-¿Apuesto?
-Bueno, pues apuesta, mientras tanto yo sigo con lo mío...
-Si ya digo yo... caso perdido....
Uf, casi se entera.
El caso es que volví al patio a revisar el árbol en busca de
esos PEZONES que hablan en la red,
pero nada... ni rastro..
Última opción… saber qué estoy buscando.
Así que una vez más me siento delante del ordenador y
escribo en el buscador, pero esta vez dentro de imágenes, los siguientes tags: “Gingko Biloba chichi pezones”
¡No os podéis hacer a la idea de lo que salió ahí…! bueno, o sí…
El caso es que prácticamente todas las fotos que aparecen
son propias de excomunión, pero con permiso del Papa Francisco, Rouco Varela y
del párroco de la iglesia en ruinas del pueblo de al lado, amplío cada una de
las fotos para revisarlas… nunca se sabe que puede haber de fondo en los
decorados…
-¡Anda, un video! a ver de que va…
-Ay, se me olvidó decirte que ayer llamó tu madre.
-¡¿Y ahora me lo dices?!
-Sí, para que me dejes tranquilo, pendona...
-¡¿QUEEEE DICEEES?!
-Decía, "si, que estoy hecho un lio, perdona...
Y así fue como gané 3 horas y media para mis búsquedas.
El caso es que 586 fotos y 1 video después (en realidad fueron 3 videos) me encuentro lo que buscaba... o no... porque.... el CHICHI, los PEZONES.. lo que lleva el árbol que compres es.. es.. ¡¡¡Es esto!!!
-¡¡Horror!!
El CHICHI (en
japonés) o Pezones (en castellano)
hace mención a estas protuberancias que parecen… parecen… ¡Ay lo que parecen…!
Si resultaba paradójico que CHICHI signifique PEZONES… como
diablos iba a yo a pensar que el CHICHI
del Ginkgo es un pedazo de p…. p…… p……….
protuberancia cayendo hacia abajo…
Con un poco de reparo comencé a leer sobre sobre esas… esos…
sobre las protuberancias y, parece ser que, se les puede hacer CHAS, cortarlas
a sangre fría y pincharlas en una maceta consiguiendo una nueva planta con
polaridad invertida.
El lagrimón que me salió mientras lo leía era de unas dimensiones descomunales, tan solo comparables a las protuberancias de este vegetal en cuestión… ¡Qué dolor!
El caso es que ya no hay nada que esconder, me refiero en
cuanto al árbol y no porque me hayan cortado nada a mi… así que como no había nada
que rascar con el CHICHI del Ginkgo,
lo saqué y se lo enseñé a mi mujer… el árbol, quiero decir (jobar…os habéis
levantado salidillos hoy, ¿no?)
-Cariiiiiii, mira que árbol me he comprado.
- Luego, que estoy hablando con mi madre
¡Cuidado que tiene cuerda la tía!
He leído, no sé si es cierto, que el Ginkgo como bonsái no es de los
más valorados en Japón, quizá porque no se pueden aplicar las técnicas que se utilizan
en otro tipo de árbol. Para mí, quizá, este es un motivo más para hacerme con
uno, ya que dispone de un diseño exclusivo para su especie que se llama llama…
-Que se llama… llama… ¿cómo se llama, Itxe?-se preguntará ese
lector (o lectora) despistado (o despistada)
-¡Pues eso! ¡Se llama llama! Que es llamado, estilo “llama”
vaya…
Se dice que los Ginkgos desaparecieron de Europa, antes incluso que Grecia. Fue hace más de 2
millones de años… por lo que ya va siendo hora de que yo hiciera algo por nuestro
continente trayéndome un ejemplar desde el lejano oriente… vale, sí, lo he
comprado en España, pero el árbol sigue siendo europeo, no me digáis que no…
Muchos de los textos que se pueden encontrar sobre los
Ginkgos los denominan “fósiles vivientes”
ya que la especie parece ser que sobrevive desde el jurásico, cosa que
sólo Jordi hurtado podría confirmar o desmentir. Pero ante el silencio del
presentador sobre el tema, los estudios apuntan a que realmente así fue, y el
Gingko convivió entre dinosaurios. Por todo ello, digo yo que si este árbol
ha aguantado cataclismos geológicos durante tantos millones de años,
sobrevivirá también a mis meteduras de pata….
Por otro lado, cuentan también que fue un Ginkgo el que
sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima. Bombazo casi tan traumático, al que
experimenté yo al descubrir en qué consistía el Chichi de esta especie.
Además, se le atribuyen propiedades curativas y la belleza
de sus hojas salen a relucir en pinturas telas, literaturas y en muchos
otros aspectos de la cultura oriental. No en vano, su coloración otoñal de un
llamativo dorado, destaca de una manera especial sobre amarillos de otras especies.
Y dicho, esto, con toda la historia y peculiaridades que
posee este árbol ¿Quién no iba a querer un Ginkgo en su colección?
El caso es que una vez superado el trauma inicial sobre el
nombre confuso del mismo, tenía que elegir una maceta donde plantarlo. La
compré también online así que los 2 días que tardó en llegar, tuve al arbolito
metido en un recipiente con agua.
Por fin llegó. Pensé que una maceta ovalada podía ser una
buena opción, es esmaltada y de color verde craquelado. Para gustos los colores.
Rápidamente se plantó de una manera asimétrica, como suele
hacerse en estos casos y se regó con agua y enraizante.
Ya solo faltaba esperar.
Los brotes comenzaron a abrirse a principios de abril. Sin problemas, como lo ha hecho siempre
durante millones de años.
Y poco a poco ha comenzado su camino
Hasta encontrarnos en este punto.
En resumen, ha respondido bien a su nueva ubicación y el
árbol tiene buena formación base, cuyo mérito no es mío, pues como veis, lo he
comprado así. Sin embargo ahora me toca disfrutarlo con su formación y colores
otoñales, igual que disfruto con las entradas de blog de muchos de vosotros, que he seguido leyendo a pesar de haber tenido que dejar apartada la afición durante algún tiempo. Es difícil desconectar de este mundillo.
Y es que el bonsái engancha… sobre todo los que tienen espinas como los crataegus
o los limoneros, que te dejan los jerséis llenos de agujeros….
En cuanto a mis palitroques, tengo más ejemplares, pero no
prometo publicar sobe ellos, ya que de tiempo no ando muy sobrado, y tampoco
tengo mucho que contar. Tómese esta entrada como un: “Itxe todavía vive” y de
paso intentar sacaros una sonrisa, que últimamente el mundo nos brinda pocas
oportunidades para ello.
ITXE