jueves, 19 de julio de 2012

Clasificación por tamaño de los bonsáis.



Comenzaré esta entrada haciendo una pequeña petición:


-¡Que levante la mano el que conozca el nombre que corresponde a cada tamaño de bonsái!


¡Increíble! Estadísticamente el 100% de las personas lo desconoce, ninguno de vosotros ha levantado la mano.


Probablemente muchos habréis tenido un libro, donde hablaba sobre este tema, pero casi todos habéis decidido hojearlo en lugar de ojearlo, vamos, pasar las hojas en lugar del ojo. Y aquí es donde entro yo. El que quiera leer esta entrada no tiene más remedio que enterarse de cuales son las medidas de bonsái con su denominación:



-Si es que…yo he intentado leerlo, pero ese baile de números y dimensiones me lía y ya no me hago a la idea.- pensará alguno de los lectores.



No hay problema. Utilizaré, cual portal de compraventa de árboles, algo para comparar el tamaño.


Ese es mi primer dilema… ¿Con qué contrastar las medidas? tiene que ser algo que todos conozcáis.


Bien, llegado a este punto hay 2 cosas que todos sabemos: la primera es que van a poner IVA por las nubes y la segunda es la estatura de un Gnomo.



-Eh, eh… para, para… -Interrumpe uno de nuestros lectores- Yo eso no lo sé.

-¿No? Pues serás de los pocos que aún no se han enterado-contesto- Fíjate que incluso algunos servicios importantes para la higiene, como las peluquerías, pasan a recaudar del 8% al 21% de IVA. Te explico por encima: el IVA reducido pasa de…

-A ver Itxe –Me vuelve a interrumpir presionando la tecla de ESC- que lo que no se es lo que mide un Gnomo.

-Ah, perdón, perdón.



Quizá di por hecho que todo el mundo vivió su infancia a la vez que yo inundados con esos dibujos y su colección de cromos,  que siempre salían repetidos. Aunque en la programación televisiva no había mucho mas para elegir, o veías lo que echaban o cambiabas de canal para ver la famosa “nieve” de las teles sin sintonizar de antaño. Hoy, con una media de 100 canales de televisión por hogar vemos que la cosa no ha cambiado y tras un zappeo de minuto y medio llegamos a la misma conclusión que llegaban nuestros padres o abuelos en aquel entonces: no hay nada en la tele.



-Los Gnomos, tienen una altura de 15cm, amigo lector, a pesar de que las nuevas reposiciones en formato panorámico aplasten la imagen y parezca que miden un centímetro menos de su estatura real y siendo una de sus frases: “nadie es mejor por ser más grande” creo que viene al pelo utilizarlo como comparativa para la taxonomía de tamaños de bonsái.




Y sin más dilación televisiva ni perturbadas divagaciones, comenzamos la clasificación con el más pequeño y no por ello menos importantes de la lista de tamaños.



Shito o Keshitsubu (hasta 5 cm)




Llega algo menos que a la cintura de nuestros personajillos de caperuzo rojo. Incluso para ellos seria del tamaño de un pequeño arbusto.

Son muy delicados y difíciles de mantener  y modelar, pero buena opción para aquellos que no posean mucho sitio en sus ventanas.



Mame (5cm-12cm.)



El mame es un arbolito que en ninguno de los casos mide mas que un Gnomo. Estos seres con barba, acostumbran a vivir bajo los árboles. Como veréis, estos árboles no valen ni para hacerse un apartamento.



-Hombre, siempre podría utilizarlo para hacerse una plaza de garaje.-pensará alguno que desconozca a estos individuos.



Resulta que su medio de transporte terrestre es un Zorro, así que si no hay sitio para un Gnomo, imaginad para meter semejante cuadrúpedo.


Para el cultivo de los mame, hay que tener la habilidad de poder transmitir en pocos centímetros, el esplendor natural del árbol, limitado a pocas ramas y pequeño tamaño de las hojas. Su mantenimiento es sacrificado al contar con un contenedor que puede ser incuso del tamaño de una bota de Gnomo lo que da lugar a que se seque el  sustrato simplemente en el tiempo que tardas en volver a llenar la regadera. Al igual que los Shito, es buena solución para los aficionados que estén de espacio.







Komono (12m-20cm)



Son Algo más grandes que la altura de un gnomo.


Es más sencillo controlar el riego que en un mame, si bien en verano puede ser también una agonía.


El aficionado que pretenda utilizar este tamaño de bonsái debe de disponer ya de algo de poyete en sus ventanas para su ubicación.




Katade-Mochi (20cm -40cm)



Podría tener un tamaño ideal para hacer un columpio para Gnomos.


Junto al anterior, es el tamaño que mas habitualmente se encuentra en grandes superficies comerciales, Son mas fáciles de trabajar que los anteriores, pero es aconsejable emplear especies de hoja pequeña o que tengan mucha capacidad de ser reducidas. Buen tamaño para los que no poseen balcones pero si amplias ventanas.




Chumono (40cm - 90cm)




Aunque en un inglés un tanto macarrónico pueda significar 2 monos (two mono), no son tan grandes como dos chimpancés, abarcaría aproximadamente lo mismo que un casteller de Gnomos de 9 pisos.




-¿9 pisos? Imposible-comentará el más incrédulo de nuestros lectores- si la máxima medida encajada con esta nomenclatura son 90 cm. teniendo en cuenta que cada Gnomo mide 15 cm. La división es exacta y sale a una torre de 6 Gnomos.



Tenga en cuenta el lector, que cada piso del casteller esta apoyado en el hombro de los del piso de abajo, teniendo en cuenta que además hay que quitarle el capirote, para que no se pinchen el culo unos a otros. Con lo cual, perdiendo unos 5 cm por piso en la altura de la construcción sumarían un total de 9 pisos.


Y sí, efectivamente, en el dibujo de arriba no aparece el árbol al lado de un casteller de Gnomos, pero evaluando la situación con el personaje del capirote, ni yo tenia ganas de dibujar a decenas de gnomos ni él tenía ganas de subirse encima de nadie, así que he dibujado solo uno para la comparativa y lo he hecho echando la siesta contra el árbol a petición del Gnomo.


Estas medidas quizá sean las más extendida entre los aficionados. No son muy aptos para aquellos que solo dispongan de ventanas, pero ideal para los que tengan balcones en sus viviendas.




Omono (90cm - 130cm)



El Omono tiene la suficiente altura para que un Gnomo pueda practicar el puenting, teniendo siempre la precaución de tener en cuenta a la hora de calcular la longitud de la cuerda tanto la medida del capirote como de la maceta, es decir, que no se mida el arbol desde el contenedor sino desde el comienzo del nebari.


Quizá un balcón le quede pequeño y haya que disponer de un patio o terraza algo mayor para cultivar este tipo de bonsái.


Para su traslado hace falta por lo menos dos personas dada las dimensiones y el peso que adquiere, salvo que seas 7 veces más fuerte que yo.


-¿Entonces los Gnomos que presumen de serlo podrían transportarlos solos?




La respuesta es negativa. Si son 7 veces más fuertes que nosotros, pero a su vez son 12 veces más pequeños, en proporción tienen menos fuerza. Así que para cargar un ejemplar de esta categoría harían falta quizá 4 pequeños personajillos.




Hachi-Uye (mayor de 130cm)



Existen ciertas discusiones sobre si se puede denominar bonsái o no a este tipo de árbol.


En esta categoría podría empezar a ser empleado como vivienda para un Gnomo, o quizá pequeño apartamento.


Son árboles modelados como bonsái que suelen ubicarse en jardines metidos en contenedores acordes a su tamaño.


Lógicamente es necesario disponer de un sitio amplio para su cultivo.



¿Veis qué fácil? Ya hemos aprendido una cosa más


¿Cómo que tu no? ¿que ya lo sabías? ¿Y se puede saber por qué no levantaste la mano cuando pregunte sobre  la taxonomía de los bonsáis?


No, si va a resultar que yo lo conocíais todos. Bueno, lo que quizá no sepáis y yo por si acaso os lo comento es que de ninguna manera los Gnomos pueden considerarse plaga para nuestros bonsáis, si bien y como hemos podido ver en  la clasificación, normalmente estos minadores solo perforan las maderas de los árboles mas grandes. Añadir también, que después de 400 años, no mueren, sino que se convierten en árboles. Quién sabe, lo mismo ese pequeño bonsái que tienes en tu ventana fue un Gnomo en una vida anterior. Por si acaso, ¡Cuídalo!




Sed buenos,  Slitz bai.




ITXE


viernes, 13 de julio de 2012

Historia del Arce Campestre


Este arce, como prácticamente todos arbolitos que tengo, lleva conmigo 2 años.



-¡Qué casualidad!- pensará el amigo lector…



Yo creo que las casualidades solo existen si las buscas. En mi caso es evidente. Casi todos mis árboles provienen de unas obras, de las que ya os hablé, al lado del pabellón industrial donde trabajo. No son recuperaciones de una forma estricta, pues realmente los extraigo de entre los montones de escombros, buscando alguna especie en particular de la que sí tengo constancia que allí habitaba.


-¡Que buena idea!- exclama uno de los lectores, por lo que veo, de Lugo - ¡Me voy corriendo a dar una vuelta por las obras de algún lugar cercano para ver que es lo que encuentro!


¿Pero a dónde va el lucense?



-Ey, eyyyy, fiuiiiiiiiii  ¡¡¡¡vuelve, vuelve!!!!



Es curioso lo enrevesados que somos con el vocablo. El gentilicio de un habitante de Lugo no es lugareño, aunque pueda inducir a error por su parecido fonético, sino lucense, y sin embargo un habitante lucense, si sería un lugareño. ¿No sería más fácil, entonces, proponer “lugareño” como gentilicio de Lugo?


Aunque, de este modo, cualquier habitante de cualquier municipio, al ser también un lugareño, pasaría a ser de Lugo. Abarcaría tanta extensión que incluso el gordo de la lotería de navidad y todas las pedreas siempre tocarían en Lugo. Cosa que no sería de extrañar, porque todos lo cupones fueron también vendidos allí, o aquí, o qué se yo dónde…huy, huy... mejor dejemos las cosas como están, que bastante complejos son ya los gentilicios tal y como los conocemos ahora. Fijaros sino en Dos Hermanas (Sevilla), su gentilicio: Nazarenos, al igual que los que salen en las procesiones de Semana Santa. ¿Significa eso que los que salen en las procesiones son los habitantes de Dos Hermanas? Y entonces, ¿Los habitantes de la ciudad de Nazareth se llamarán Dos Hermanacenses? Y sobre todo ¿Qué os estaba contando?


Ah, sí. Llamaba a nuestro amigo lugareño… digo… lucense que salía corriendo a buscar árboles entre los escombros de alguna obra.




-¿Es a mí?- pregunta extrañado nuestro lector.

-Si, si, a ti. Disculpa las maneras, pero es que no se tu nombre y te veía salir tan decidido…- le contesto.

-Me llamo Luciano. Es que me ha parecido buena idea la de obtener un árbol que hayan levantando de alguna obra.

-Ya, pero sabes que no es oro todo lo que reluce ¿verdad? Un ñordo de perro con descomposición recién depositado también brilla, y no deja de ser mierda.

-¿A dónde quieres llegar, tío marrano?

-A presidente de gobierno, pero soy demasiado honrado para meterme en política.

-Me refería con la expresión soez que me comentabas antes.

-Ah, sí… es que veía las noticias y  claro...  perdona… Con eso pretendía avisarte de que eso no es como ir a un supermercado y exigir un producto que cumpla un mínimo de características. Lo normal es no encontrar algo que pueda valerte siquiera como prebonsái. Lo más común es toparte con largos troncos completamente rectos sin ramificación ninguna en la zona baja, con heridas en la corteza por ser derruidos con máquinas excavadoras y con pocas o ninguna raíz que probablemente lleven al aire quizá días. Árboles, por tanto, que probablemente no agarrarán.

-Hombre, Itxe -Me replica nuestro amigo- no soy muy exigente en cuanto a las características del bonsái, y agarrar… casualmente a ti siempre te agarran. Lo veo en tus entradas de blog.

-Pero bueno, ¿No habíamos quedado en que las casualidades solo existen si las buscas? Estas recuperaciones no siempre viven, eso ocurre en contadas ocasiones y siempre en el mejor de los casos. Lo normal es que estos tocones no lleguen a brotar, o si lo hacen que sea con las reservas que tenga acumuladas y sin echar nada de raíz para secarse una vez se hayan comido todos sus recursos.

-Entonces lo que tú escribes…

-Yo escribo los presuntos éxitos, porque tienen un “continuará”, pero muchas veces, lo obtenido de entre los escombros son palos secos que llevaban ya tiempo al aire. Me alegro que saques el tema, porque creo importante también hacer saber que este sistema de recuperación, aunque no hace ningún tipo de daño natural, si puede hacer daño a nuestra espalda, lumbares, cervicales… sin obtener nada a cambio, porque la operación no ha acabado en éxito. Además tiene el inconveniente de que al llevártelo, estará ocupando un espacio precioso durante unos meses, esperando a que brote ese palo seco que has pinchado con la ilusión de que aún estuviera vivo.

-Ahm, pues se me están quitando las prisas por ir, Itxe…

-Mira le historia de éste arce y luego me cuentas.




Era mayo de 2011 cuando llegó a casa. Las raíces eran tan escasas como su potencial como bonsái.





Como veis no es más que un tocón sin ninguna gracia con una profusa herida que recorre todo lo largo del tronco principal, algo que no necesariamente es un impedimento.


Como viene siendo clásico en estas operaciones, las raíces son más que escasas y las pocas que quedan están aparentemente deshidratadas. Fueron probablemente las ganas de tener un arce campestre las que me llevaron a cortar esa base y llevármelo para casa.



-¿Y que potencial tiene ese palo?-se estará preguntando nuestro amigo lucense Luciano, lugareño de Lugo.



¿Potencial? Si a potencial nos referimos a la potencia que pueda adquirir al ser golpeado contra algo, mucho: es un madero largo, gordo y duro. Si potencial va referido a la capacidad para ser orientado hacia un futuro diseño, ninguno: es un madero largo, gordo y duro. Conclusión: tenemos un madero largo, gordo y duro.


El objetivo que nos planteamos es que llegue a sacar alguna hoja. Estamos en el mes de mayo y los árboles están ya brotadísimos. Parece un tanto incoherente y absurdo pensar en qué camino voy a tomar en el futuro si en el presente solo tenemos un trozo de madera con la base enterrada en una maceta. En cualquier caso, es una especie medianamente rápida en crecimiento y brota bien de madera vieja. Si llegara a sobrevivir, no creo que hubiera problemas en orientar algún diseño en el futuro.


No tardó más que un par de semanas en exteriorizar sus primeras señales de vida.





Los brotes eran largos, delgados y debiluchos, como no podía ser de otra manera





Pero un mes más tarde ya comenzó a entender que ese sería su nuevo lugar de vida y parece que optaba por seguir viviendo.






El verano y el otoño los pasó sin ningún síntoma de debilidad. Y llegó al invierno de esta manera.




Parece que después de todo no le fue tan mal el año, sin embargo, si nos acercamos a la zona del corte.



¿Pero qué es esto? ¿Le ha salido una verruga cual nariz de bruja de cuento?


Aparentemente algún hongo aprovechó la debilidad inicial del árbol para atacarlo, probablemente ayudado por una mala aplicación de la pasta cicatrizante.


¿Y ante esta tesitura que hacer?


Eliminar la zona afectada, evidentemente. Aprovecharemos para cortar a ras de la rama que formaremos como ápice, por la raya amarilla de la foto.




-¿Seguro que la continuación del tronco principal la quieres tan arriba?- preguntará luego desde Lugo el lugareño lucense Luciano.



Si y no. En principio me gustaría experimentar como responde la cicatrización de un corte de gran calibre con una continuación de ápice de una rama de un año. En función de los resultados. Tengo dos opciones.


La primera es que  el árbol responda haciendo una continuación de ápice creíble y cree un labio de cicatrización sin problemas. En este caso, el paso que daré será acodar justo donde empieza la cicatriz del tronco, para que en el futuro quede en la zona del tachiagari y dé reflejo de un árbol castigado con el  paso del tiempo.


Si no comienza a cicatrizar o desentona mucho el ápice respecto al tronco, tomaré una segunda opción, que será la de dejar crecer algunos años una rama por debajo de la cicatriz para que en el futuro sea el nuevo ápice y cuando gane algo de grosor repetiré la operación del corte.


Bueno, repetirla… Mejor cambiarla, porque me costó lo suyo cortar a ras de las ramas sin dañarlas. Quizá es que no dispongo de herramientas suficientes, no se, tal vez el problema sea mi ignorancia sobre el tema, o quizá la falta de destreza. Probablemente sea un poco de todo, pero lo cierto es que no veía la forma de pasar la sierra sin rozar las ramas. Probé con dos tipos de sierra, probé a bajar las ramas con cinta adhesiva, probé a tomar el sol sin protección y me quemé (aunque esto no viene a cuento)… y no encontré ningún método cómodo para proceder. A continuación os enseño un video demostrativo de lo sucedido



Como habéis visto, tras realizar el corte tuve que seguir limpiando la madera. Porque aún en esa zona, estaba dañada. Ésta es la superficie del corte en el trozo sobrante.





-Itxe, un momento- Me interrumpe Luciano

-¡Hombre, cuantas líneas sin hablar!, se te echaba de menos.. .

-¿Podrías dejar de escribir un minutillo, en lo que me hago un café?

-Luciano ¿Estas de broma? Que esto no es una película que hay que dar al "pause"… yo  lo dejo escrito y ya lo leerás cuando vuelvas…

-Ah claro, perdón, perdón, continúa…





En fin... por dónde iba yo… ah, eso... Un mal procedimiento en el corte, como es lógico, se tradujo en un trabajo malo, y el árbol se movió más de la cuenta en la maceta, así que tuve que adelantar un año la idea del trasplante.




Como habréis visto en la foto de arriba, parece que el árbol agarró bien, y desarrolló raíces de lo que era un palo pelado. Así que, sin mucha demora, se coloca en su nueva ubicación con un sustrato a base de akadama, perlita y arena de rió a partes iguales y a descansar hasta primavera, el árbol, no yo, que estaba muerto de sueño con todo este ajetreo en tiempos de hibernación… en este caso tanto el árbol como yo .


Al final el arce cogió este aspecto. Las ramas que salen mas bajas he optado por no quitarlas con la idea de que contribuyan a engrosar la zona del futuro tachiagari. El tema de las cicatrices que puedan crear no me preocupa en exceso, como comentaba, me interesa que parezca un árbol castigado por el tiempo.




Era marzo de este año cuando al campestre se le empezaron a hinchar los… ¡los puntos de brotación, mal pensados!





Y olvidado de la catástrofe que vivió hace 2 años en aquel lugar que le vio nacer, hoy, crece con alegría siendo este su look actual.





-Me has liado, Itxe- comenta poco lúcido el lucense lugareño de Lugo Lúcio- no se si interpretar que ha sido una recuperación con éxito y que ha merecido la pena por su futuro potencial o si pensar que ha sobrevivido pero ahora te encuentras con un palo largo, recto y sin gracia del que no puedes sacar partido.

-Amigo lector, eso es interpretación de cada uno. El camino es largo y yo he encontrado 2 posibles soluciones en cuanto a su diseño. El árbol se ve fuerte, pero necesita tiempo. Tiempo del que se puede disfrutar o no según tus pretensiones en el bonsái. Solo pretendía hacerte ver que no es normal encontrar entre escombros un árbol con potencial y estructura ya definida. Pero quien sabe…

-Entonces ¿voy o no voy?

-Mi consejo es que si no tenías echado el ojo a ninguna obra, lo dejes pasar de momento hasta que llegue una época propicia para yamadori, en la que los árboles se encuentren pocas semanas antes de la brotación primaveral. Obras hay todo el año, mientras tanto te lo vas pensando y vas ojeando zonas que vayan a levantar.

-Ya, ¿Y el resto del tiempo que me sobra a qué lo dedico?

-¡Hombre, a leer este blog!

-¡Pero si contigo no aprendo nada!

-Eso es verdad… pero a lo tonto echas la tarde…A las pruebas me remito. Anda que no es grande y tiene contenidos interesantes internet: noticias, actualidad, enciclopedias, inventos, descubrimiento, ciencia, películas… y fíjate, tú has elegido leer la historia de un palo.

-De palos va la cosa, Itxe. Ayer leía en la prensa que el gobierno nos pegaba el palo a los ciudadanos, mientras, manifestantes y policía se daban palos en Sol, y a mi todo esto también me da palo.

-¿Sol? Eso me recuerda que quería bajar a la playa...

-Por cierto ¿De qué iba esta entrada, Itxe?

-De palos de regaliz, creo…

-Ahm, pues que te sepa muy rico, buenas tardes.

-Se bueno, Luciano.




Y vosotros también.



Sed buenos, o intentadlo, aunque nos den el palo del siglo.





ITXE